jueves, 27 de mayo de 2010

Conclusiones

  • Los funcionarios que tienen en sus manos la decisión sobre la gestión de los residuos de hospitales y centros sanitarios deberían comenzar por hacer un inventario de volúmenes y tipos de residuos generados. Luego de ello, comenzar un agresivo plan de segregación de los residuos para dar a cada grupo el destino más indicado para evitar la propagación de gérmenes, pero también para no derrochar los recursos y para proteger la salud pública de la contaminación química.
  • Los lugares destinados al almacenamiento de residuos hospitalarios y similares quedaran aislados de salas de hospitalización, cirugía, laboratorios, toma de muestras, bancos de sangre, preparación de alimentos y en general lugares que requieran completa asepsia, minimizando de esta manera una posible contaminación cruzada con microorganismos patógenos.
  • Para el almacenamiento interno de residuos hospitalarios debe contarse como mínimo con dos sitios de uso exclusivo; uno intermedio y otro central. Los intermedios se justifican cuando la institución o establecimiento presenta áreas grandes de servicios o éstos se ubican en diferentes pisos de la edificación. Los generadores que produzcan menos de 65 kg. /día pueden obviar el almacenamiento intermedio y llevar los residuos desde los puntos de generación directamente al almacenamiento central.
  • A la entrada del lugar de almacenamiento debe colocarse un aviso a manera de cartelera, identificando claramente el sitio de trabajo, los residuos manipulados, el código de colores y los criterios de seguridad, implementándose un estricto programa de limpieza, desinfección y control de plagas.
  • Los servicios de salud deben cumplir un rol ejemplar en la protección de la salud y del medio ambiente. Los escasos recursos disponibles para proteger la salud pública no deben ser desperdiciados generando nuevos problemas sanitarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario